Probablemente no sea tu caso porque entrenas en una piscina techada. ¿Pero qué hay de una carrera o entrenamiento en aguas abiertas después de una tormenta?
No lo había tomado en cuenta hasta que el tema salió a flote en un viaje a San Diego, en el que en la playa local un anuncio señalaba los peligros de nadar antes de 48 horas de haber caído una tormenta.
Niños, adultos mayores, embarazadas y personas con sistemas inmunes bajos son los que se encuentran en más riesgo de infecciones bacterianas de agua contaminada.
El problema radica en que al nadar, involuntariamente ingerimos agua a través de la nariz, o la boca, además del evidente el contacto que se tiene sobre la piel.
El agua de tormenta se considera peligrosa para ambientes como lagos, playas y mares. Lluvia pesada puede causar un desbordamiento en los drenajes, contaminando las playas y tierra que circunda el agua.
Infecciones de oído, salpullido sobre la piel, conjuntivitis... son resultado en aquellos propensos a enfermarse regularmente, con piel delicada o alérgicos. Pero existen varias precauciones que se pueden tener, como: nadar en playas o lagos que son evaluados una vez a la semana para saber el nivel de bacteria, mantenerse fuera del agua que no tiene buen olor, o nadar con una herida abierta. Si entras en aguas contaminadas es importante enjuagarte inmediatamente.
Efectos del agua de lluvia contaminada
- Infecciones de ojos, oídos y nariz
- Diarrea
- Fiebre
- Salpullido en la piel
- Enfermedades respiratorias
Una recomendación más de los guardacostas californianos: no nades en aguas abiertas (o piscina abierta) mientras haya una tormenta eléctrica. Serías blanco fácil para los relámpagos.
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#EnduranceLifestyle
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